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jueves, 1 de julio de 2010

LA MASACRE DEL RÍO CANIMAR, PROVINCIA DE MATANZAS, CUBA

EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO

LA MASACRE DEL RÍO CANIMAR, PROVINCIA DE MATANZAS, CUBA 1980
O de como "Saturno", los deboró a todos por igual.


6 DE JULIO DE 1980

http://www.desconexioncubana.com/foro/showthread.php?p=66590#post66590


El Domingo 6 de Julio de 1980, establecido como el Día del Niño, un sinnúmero de personas mayores de edad, y algunos llevando a menores de edad, abordaron en el Centro de Recreo Caminar la embarcación adaptada para excursión "XX Aniversario".

El barco comenzó a navegar lentamente por las aguas y cuando llevaban un corto tiempo en la travesía, los hermanos y miembros del Servicio Militar Obligatorio: Sergio Águila Yanes de 19 años de edad, con el arma de fuego que portaba, y Silvio Águila de 18 años de edad, conminaron al capitán de la embarcación y a los dos tripulantes (custodios, y uno tenia un arma), que el "yate" pusiera rumbo a los EE.UU. En esta decisión de escapar de Cuba, también los acompañaba Roberto Calveiro de 15 años de edad. Otro joven que estaba en el plan a última hora decidió no participar en el escape. (Debido al hermetismo que siempre ha adoptado el régimen comunista cuando algo no le conviene, se desconoce si otros ocupantes excursionistas estaban en el plan).

Cuando el Capitán bajo esa premisa giró la nave, y puso proa hacía el norte, el custodio armado a un descuido de Sergio debido a la confusión que se había formado entre los excursionistas, sacó su pistola y Sergio le disparó hiriéndolo (versión: "un miliciano que participó en los hechos, comentó que el custodio se había lanzado al agua y llegó nadando a la orilla" otros ciudadanos afirmaron "que el custodio fue muerto por el disparo que le impacto en el pecho", y en las versiones también se exponen: "que el custodio fue herido y puesto en una lancha de pescadores que estaba cerca, o en un bote pequeño que llevaba remolcando el barco excursionista").


Pero bien, aunque es lamentable si el custodio fue herido y murió, lo trascendental de este caso del Río Canimar, es la masacre que perpetuó el régimen en su arrogancia criminal, y por supuesto, basado también que sus asesinatos a niños, mujeres, y ancianos eran impune, no tenían ninguna repercusión adversa en el ámbito internacional, aunque si en el plano nacional, pues continuaban manteniendo el terror implantado en la población.

Los hechos según Radio Martí.

De acuerdo a una investigación de Radio Martí que fue trasmitida en un programa de más de media hora el jueves 5 septiembre de 1985 y titulado "La Matanza del Río Canimar", y la cual fue basada en entrevistas a unas 20 personas residentes en Cuba, y de las cuales varias fueron pasadas en el programa sin decir sus nombres por razones obvias, reseñamos lo siguiente:

Que el 6 de julio de 1980 cuando los sucesos del llamado éxodo marítimo del Mariel, una embarcación de recreo llevando entre 70 y 100 pasajeros de paseo por el Río Canimar, fue tomada por unos tres o cuatro jóvenes militares armados que a punta de pistola amenazaron al capitán del barco para que pusiera rumbo a los Estados Unidos, y en ese momento un miembro de la Seguridad del Estado que iba en el barco sacó su pistola y fue muerto por los secuestradores.

Al entrar el barco turista en la Bahía de Matanzas, y los guardafronteras percatarse de lo que sucedía, mandaron una patrulla marítima, la cual le hizo varios disparos de advertencia, pero la nave no se detuvo. Pasado unos minutos otra lancha de los guardafronteras apareció en la escena y un avión, y como la embarcación turística seguía su curso norte, las patrullas del régimen comenzaron a dispararle directamente. Aunque la andanada de balas era intensa por parte de los guardafronteras, el XX Aniversario no se detenía, y fue en ese momento que se apareció una draga y envistió al barco turístico provocando su hundimiento, y por consiguiente la perdida de vidas de un indeterminado número de personas.

En las entrevistas realizadas por R. Martí, algunos dijeron que ese día habían mucha movilización de militares en Matanzas, y que las funerarias velaban a un inusual número de cadáveres. Este programa lo repitió varias veces Radio Martí dando más detalles de la masacre..

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Algunos de los masacrados: Sergio Águila Yanes; Mirta de Armas Naranjo; Onelia Quintana; Delio Gómez González; Marisol Martines Aragonés (menor); Osmany Rosales Valdés (menor); Juan Domínguez Alfonso; Vicente Fleitas Cabrera; Lilián González López (menor); Marisel San Juan Aragonés (menor); José San Juan;

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El 11 de septiembre de ese año 1985. el periodista Tomás Regalado que en ese tiempo trabajaba para el periódico en español del Miami Herald, saca un articulo titulado "Más para Radio Martí", de donde tomamos los siguientes párrafos:

( Tomás Regalado, hoy Alcalde de la ciudad de Miami )

...... para este propósito iniciar esta breve cronología, no en el litoral de Matanzas, sino en el teatro Atenas de la capital de la provincia. En horas de la mañana del 6 de julio de 1980, se iniciaba en el teatro Atenas la Asamblea de Renovación y Ratificación de Mandatos del Partido Comunista en la provincia de Matanzas; presidía la misma Julián Rizo Álvarez, entonces primer secretario del Partido en la provincia de Matanzas, y junto a él entre otros se encontraba el mayor Romelio Pérez León, jefe del Ministerio del Interior en la ciudad de Matanzas. Alguien se acerca a Julián Rizo y le dice algo, y éste airadamente toma el micrófono y grita: "Compañeros, queda suspendida esta actividad por motivos de una emergencia. Acto seguido, Rizo, Pérez León y mas de una veintena de funcionarios y ayudantes abordaron sus autos y se dirigieron a la ribera del río Canimar, casi en su desembocadura en la Bahía de Matanzas. Allí, en la posta de los guardafronteras, aun tirado sobre una pequeña chalupa, se encontraba el cadáver de un agente del Ministerio del Interior con un balazo en el pecho, y junto a el, sollozando, el capitán del barco de turismo del Canimar, quien contó lo que había ocurrido: Que minutos después de haber iniciado el viaje de turismo río arriba, cuatro personas, tres jóvenes reclutas del servicio militar y un sargento de tercera que habían logrado entrar como pasajeros en el barco ocultando cada uno una pistola Makarov y dos AKM-- habían asumido el control de la embarcación, un barco de ferro-cemento construido en los astilleros de Cárdenas y que había sido modificado, incluso mediante la colocación de asientos en el techo. El custodio extrajo un M-52 para hacer frente a los jóvenes, y estos le dieron muerte. Mas tarde le dieron permiso al capitán para que llevara el cadáver a la orilla en una pequeña chalupa que tenia el barco. Ya en esos momentos, el barco conducido por uno de los jóvenes, se dirigía hacia la bahía. Julián Rizo, dirigiéndose al mayor Pérez León, le grita: "De ahí no pueden irse", señalando hacia lo que se conoce como el bolso de la Bahía de Matanzas. En esos momentos una lancha que patrullaba el río San Juan llegó a toda maquina al lugar y minutos después una avioneta de fumigación agrícola hace dos pases sobre el barco, disparando contra la embarcación. La lancha patrullera hace también disparos y cae muerto uno de los jóvenes que habían asumido el control de la nave.

Llegan otras dos lanchas y hacen un cerco a la nave secuestrada que ya ha parado sus motores; los jóvenes ordenan que las mujeres y niños bajen a los camarotes. Rizo, histérico, repetía que no podían "salir de la bolsa de la bahía", y mirando una draga o arenera en el muelle, ordena que varios tiradores la aborden y "le partan para arriba al barco". Y así fue. La pesada draga golpea al barco, pero nada ocurre; el segundo golpe, sin embargo, fue fatal, el barco se parte en dos y se hunde en segundos; las lanchas patrulleras rescatan a ocho de los pasajeros y a los tres jóvenes, 11 sobrevivientes en total, se recogen unos 10 cadáveres; el resto quedo atrapado en los camarotes.
Al siguiente día, oculta en una pagina interior del periódico matancero Girón, se publica una nota de tres líneas donde se informa que se frustró un intento de salida ilegal del país; y nada mas.

Nota de CS: En el relato del capitán hay algunas incongruencias, como que los disparos hechos desde la avioneta o la lancha patrullera que llegaron primero a la escena, mataron a uno de los asaltantes.

Pero como expresamos con anterioridad, lo trascendental de este caso es la masacre que efectuó el régimen comunista contra niños y mujeres que eran en su mayoría los ocupantes del barco.

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Luego de estas trasmisiones de Radio Martí, y los artículos que aparecieron en los periódicos El Miami Herald, el San Francisco Chronicle, el Philadelphia Inquirer y otros medios de prensa en Estados Unidos, de Europa y Latinoamérica, fueron saliendo en forma esporádica más datos de la masacre del Canimar y que cubanos en el exilio daban a conocer.

Julián Rizo Álvarez quien era el secretario del Partido Comunista de Matanzas, y dio en la escena del crimen la orden del ametrallamiento (por supuesto previa confirmación con la jerarquía de la Habana), lo nombraron a los escasos cinco meses de los hechos, a la Secretaria del Partido Comunista a nivel nacional en el II Congreso del PCC (Diciembre 1980). Después en el III Congreso del PCC, por sus "meritos" dentro de la tiranía, a Rizo lo nombran miembro alterno en el Politburó, y en el IV Congreso del PCC continuó en el Politburó (octubre 1991).

Sobre el suicidio de Sergio Águila Yanes es más que cuestionable, pues en casos como este el régimen utilizando sus sofisticados medios para aplicar el terror psicológico, obliga a testigos declarar lo que desean aunque el testigo logre salir tiempo después al exilio; no obstante al transcurrir el tiempo, los años del testigo fuera de Cuba, puede que narre la verdad de lo ocurrido.. Un caso que refleja más o menos este terror psicológico, es el hecho ocurrido el 14 de julio 2003 en La Coloma, Pinar del Río, donde cuatro jóvenes procuraron apoderarse de una lancha para escapar de Cuba, y tres según las declaraciones a la prensa de Marquiel Montana de 17 años, sus compañeros se suicidaron. Ver en estas Historias individuales el video con voz y datos: Caso La Coloma.

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Tomado de http://www.sigloxxi.org


APORTES AL GENOCIDIO

( Fragmento 1)


Por Norberto Fuentes

El 6 de julio de 1980, el barco de río «XX Aniversario» salió del centro turístico Canímar Abajo, situado en las márgenes del río Canímar, en Matanzas, con más de 60 pasajeros. Sergio Aguila Yanes, de 19 años, sargento en el ejército cubano, reclutó a su hermano menor Silvio y a sus amigos Roberto y Humberto, y juntos habían planeado la fuga. Cuando el barco se alejó de los muelles, sacaron sus armas e intentaron tomar por sorpresa a los guardias. No pudieron y cuando uno de los guardias sacó la pistola, Sergio disparó primero y lo hirió. Pronto el barco estuvo bajo control de los muchachos, que ordenaron a su capitán que se desviara hacia hacia los Estados Unidos.

( El autor y Fidel Castro; foto posteada por el blogguista )

El informe del tiroteo no tardó en llegar a Julián Rizo Alvarez, primer secretario del Partido en Matanzas, que inmediatamente convirtió un restaurante local en puesto de mando con teléfonos directos a la oficina central del Partido y a Fidel Castro, que le dio órdenes explícitas de que no se podía permitir que el barco se escapara. Fidel Castro subrayó a Rizo Alvarez «que pase lo que pase». Rizo despachó enseguida varias lanchas torpederas para que detuvieran el «XX Aniversario». Los barcos de guerra, más pequeños y más rápidos, se acercaron al barco e insistieron en que pararan y regresaran a Cuba. Los muchachos decidieron no obedecer las demandas del gobierno y siguieron hacia el norte. Después de que le notificaron por radio que las torpederas no podrían detener al «XX Aniversario», Rizo tomó una decisión. «Las órdenes fueron no permitir que el barco saliera de Cuba, aunque eso significara hundirlo». Como si supieran lo que iba a ocurrir, algunos de los pasajeros levantaron a sus hijos rogando a los barcos del gobierno que no dispararan. Rizo dio la orden de disparar y comenzó la masacre de los hombres, mujeres y niños que estaban a bordo del «XX Aniversario».

A pesar de que había dos barcos completamente armados atacando al «XX Aniversario» y a sus pasajeros, Rizo despachó otro patrullero más fuertemente armado y a un avión que empezó a circular encima. Los pilotos del avión empezaron el ataque justo antes de que el barco de río saliera de las aguas cubanas. Después que el avión hizo dos pases mortales, el barco estaba aún milagrosamente a flote, aunque sólo capaz de navegar en círculo. Para entonces, casi la mitad de sus sesenta pasajeros estaban ya muertos o heridos. Cuando se dio cuenta de las repercusiones internacionales que habría si el «XX Aniversario» se escapaba, Rizo tomó el mando del enorme «23 de Mayo» y le ordenó que interceptara y hundiera el barco de río, mucho más pequeño. La tripulación del «23 de Mayo» llevaron a cabo las órdenes de hundir el barco, embistiéndolo por el medio. Buscando su seguridad, Sergio había llevado a todas las mujeres y niños a la bodega para que estuvieran fuera del alcance de las balas. Aunque el primer golpe no hizo mucho daño al barco, las mujeres y los niños, ahora atrapados abajo, empezaron a gritar histéricamente. Segundos más tarde, el «23 de Mayo» embistió por segunda vez al barco y casi lo partió en dos. Al empezar a llenarse de agua el «XX Aniversario», Sergio le dijo a Roberto, el amigo de dieciséis años: «Perdóname, Papito» y fue a la cabina. Entre los frenéticos gritos de las mujeres y los niños de la bodega, Sergio sacó la pistola y le gritó a Roberto: «Los comunistas no me cogerán vivo nunca». Dirigió la pistola a la sien y se mató.

Roberto Calveiro aún recuerda que las aguas se enrojecieron alrededor de los cuerpos de los hombres, mujeres y niños balaceados. También fue testigo del ahogamiento de los que sobrevivieron la matanza inicial pero que no pudieron soportar la fuerza del mar y se hundieron sin volver a salir más. El propio Calveiro saltó al agua y empezó a nadar, pero cuando los patrulleros lo vieron le empezaron a disparar. Más tarde, cuando fue recogido en el mar por el cabello y golpeado en un patrullero, los guardafronteras que le dispararon le confesaron: «Chico, no sé cómo pudiste sobrevivir con todas las balas que te disparé». Cuando llegaron al fin a la costa, los guardias le dijeron a Roberto que se echara a correr. Roberto se negó, sabiendo bien que le dispararían. Aunque había salvado la vida, le esperaban muchas otras experiencias al muchacho de 16 años en los próximos doce años, que pasó en una cárcel cubana.

El régimen rescató sólo 11 de los cadáveres de los casi cuatro docenas de hombres, mujeres y niños masacrados ese día. El gobierno no le dio ninguna explicación a las familias de los desaparecidos, solo que habían muerto en el mar durante el «secuestro» de un barco. El gobierno no permitió entierros comunes. Antes de permitir a los diez sobrevivientes que regresaran a casa, les ordenaron no hablar con nadie sobre el incidente y no reunirse en grupos en que hubiera más de dos de ellos presentes. Durante los próximos dos años, tuvieron agentes del gobierno estacionados para monitorear sus actividades, mientras intentaban sobornar a los familiares de las víctimas, así como a los sobrevivientes, dándoles televisores, refrigeradores y otros equipos usualmente reservados para altos funcionarios del gobierno. "


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