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sábado, 19 de febrero de 2011

Opinión de los más marginados: Los Negros en Cuba

EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO

¿Qué posibilidades hay de una revuelta popular en Cuba?

 

Manuel Cuesta Morúa: Creo que las condiciones para que suceda algo similar a Egipto están presentes en Cuba de un modo claro


Opinan los disidentes Manuel Cuesta Morúa y Oswaldo Payá, y los blogueros Luis Felipe Rojas y Orlando Luis Pardo Lazo.

Manuel Cuesta Morúa: Creo que las condiciones para que suceda algo similar a Egipto están presentes en Cuba de un modo claro. Pero estas condiciones son endémicas, es decir, forman parte ya del tejido de la sociedad cubana, de su genética. En cierto sentido una rebelión de aquel tipo sería también una rebelión contra nosotros mismos y ahí es donde no veo muchas probabilidades de que ocurra algo semejante a una rebelión. Sí hay protestas puntuales que indican el profundo malestar que nuestra situación está generando entre la gente. Una cosa es clara, la mayoría de los cubanos muestra un cierto hartazgo de los hermanos Castro. Y eso es inédito entre la gente común. Una versión cubana de Egipto no es descartable.

Luis Felipe Rojas: No creo que pase algo similar en Cuba en estos momentos. Egipto tiene orificios por donde respira la democracia que Cuba no tiene o perdió hace mucho tiempo. Acciones espontáneas como el Maleconazo son, además de impredecibles, muy espaciadas en el tiempo. Tendrían que cambiar dos dinámicas fundamentales: uno, la de la represión, y dos, la de las fuerzas oprimidas. Del uno al diez, ubicaría la posibilidad de revueltas en un seis.

Oswaldo Payá: No se pueden hacer comparaciones de procesos sociales, y mucho menos con nosotros los cubanos. Hay puntos de coincidencia. Primero, son dos dictaduras, cada una a su manera, aunque en Cuba tenemos un régimen totalitario que controla más que el de Egipto. Por ejemplo, aquí no es posible hablar de una red de internet, de Facebook, porque es solo una minoría. Lo que sí quiere el pueblo de Cuba son cambios. Alguien preguntaba si mediante estos medios no podía lograrse que el pueblo de Cuba saliera a la calle; diré que no creo que nadie pueda sacar al pueblo de Cuba a la calle, pero si algún día lo decide el propio pueblo, lo hará. Lo importante es que hay pueblos que despiertan en una coyuntura o ambiente donde la mujer es despreciada y donde nadie hubiera imaginado semanas antes que el propio pueblo lograría el cambio.

En Cuba el pueblo lo quiere, el pueblo lo espera y lo va a protagonizar. Hemos trabajado y trabajaremos por esos cambios y por la libertad. Porque los cambios sean eso, libertad y derechos, y que ocurran pacíficamente. Depende de todos. Depende del gobierno, de nosotros, del exilio y del pueblo. El asunto es que ya es hora. El pueblo quiere cambios y hará su propio camino. Puede que se sorprenda a sí mismo haciendo ese camino. Nosotros no estamos esperando a la casualidad ni a factores externos, sino que estamos construyendo ese cambio pacífico mientras el gobierno trata de cerrarlos. Ya se respira ese ambiente de cambio.

Orlando Luis Pardo Lazo: No lo creo. El país no está en crisis de gobernabilidad ahora. Se renueva la ilusión del cuentapropismo de chinchal, con sus ganancias iniciales y su reorganización doméstica al margen del Estado. La corrupción es en la práctica una forma fácil de redistribución del producto bruto interno. El país no sabe lo que quiere. Cambio o libertad son dos palabras muy abstractas para crear consenso entre multitudes de intereses tan disímiles. Cuba no es una. Es muchas Cubas. La gente quiere sobrevivir, incluso al cambio y a la libertad. La gente está viva. Tiene familia y se aman lo mejor que pueden. Quieren irse. Quieren quedarse. Quieren salir y entrar. No desean perder la paz póstuma con los suyos a cambio de consignas cluecas en la calle. Se desconfía de los agitadores. No hay líderes queridos. Por el momento, todo mitin es ignorancia y toda arenga sería una caricatura. La grandilocuente discursiva de Fidel Castro Ruz dejará tras sí 50 años de silencio público. No hay tampoco fidelidad ideológica a ningún poder emergente o residual. Se llama acefalocracia. Puede ser una mierda. Pudiera ser sabia. Lo siento por los corresponsales de periódicos y televisoras internacionales en La Habana: si la Seguridad del Estado no se anima a hacerlo como autocatarsis controlada, tendrán que provocar ustedes mismos el caos cubano para justificar con imágenes dramáticas sus eurosalarios.

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