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domingo, 17 de julio de 2011

Chavez y sus No decisiones

EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO

Oriente se va

Américo Martín


Domingo, 17 de julio de 2011

¿Un arreglo político El Aissami-Oriente? ¿Continuación del tráfico infecto que ha armado a los presos y enriquecido a ambas partes? ¿Híbrido dictado por la ineptitud del régimen?


Oriente perforó la coraza oficial llevándose armas, droga y dinero. ¿Cómo abrirse paso hacia la calle cargando tanta impedimenta? Parece muy difícil, en verdad, y por eso crepitan las sospechas.

¿Un arreglo político El Aissami-Oriente? ¿Continuación del tráfico infecto que ha armado a los presos y enriquecido a ambas partes? ¿Híbrido dictado por la ineptitud del régimen? 1El disparate que nos gobierna ha convertido el trágico desenlace en una "victoria" compartida, si podemos llamarla así. Si aplicamos el concepto de justicia de Ulpiano, una de las cinco columnas del Derecho Romano, el resultado de esta guerra ha terminado por darle a cada quien lo que le corresponde. Sin ser jurista, lo dijo muy bien Yoifre, el otro jefe del duunvirato hamponil: "ellos ganaron pero nosotros también". Lo esperado era que el gobierno se llevara las preseas, sin importar costos en sangre y violencia, pues con su colosal armamento y un anillo de acero en torno al presidio, la crisis debió ser resuelta sin que se escapara ni el gato. Pero la opinión pública tiene la sensación de que el gobierno perdió por partida doble: en primer lugar, puso en evidencia el horror penitenciario, el infierno de la corrupción en todos los niveles de la Administración; y en segundo lugar, hizo una radiografía de la ineptitud del gobierno frente a cualquier problema, grande o pequeño.


2 Desde aquel legendario asalta-caminos que fue Robin Hood, las autocracias no pudieron impedir que delincuentes audaces se convirtieran en héroes populares. Baladas, narraciones, leyendas y filmes se consagraron al bandido del Bosque de Sherwood. Le perdonaban sus raterías por ser víctima del sombrío sheriff de Nottinghamshire y del alevoso rey Juan, y algo más: robaba a los ricos para regalar a los pobres. Oriente no vivió en la selva de Robin, sino en el cemento de El Rodeo. Su visión es más amplia: roba a ricos y pobres, hace negocios con el gobierno y da dinero a sus admiradores. Todo un héroe de los bajos fondos, en una época en la que resulta difícil distinguirlos de los altos. Lo aberrante es que no faltará quien pudiendo ser asaltado por el flamante vengador, reciba con morbosa simpatía al outlaw que burló a uno de los peores gobiernos de que este desdichado país tenga memoria.

Para dárselas de popular, un diario cercano al poder plaga sus titulares con el caló de los truhanes. Pero como así hablan las pandillas, no el pueblo, salta a la vista su indirecta exaltación de los malhechores. Armar hasta los dientes a los reos, proveerlos de droga y entregarles la dirección de las cárceles para que impongan su "lógica jurídica", es poner la yugular de todos los pescuezos a la justicia del puñal.

3 El caótico desempeño penitenciario y la agobiante inseguridad exigirían del poder un viraje considerable hacia la razón. Quizá el estado de salud del presidente lo induzca a reflexionar sobre sus desopilantes políticas. Se espera que sus problemas de salud lo ayuden a entender que a un adversario que representa más de la mitad del país no se le puede atropellar, pero desgraciadamente sus debilitadas fuerzas le impiden adoptar medidas de fondo, si es que tiene idea de cuáles podrían ser.

Al ratificar el gabinete y el alto mando militar, da claras muestras de impotencia. Para no revolver el cotarro dejó las cosas de ese tamaño, de modo que todos los ministros quedaron en sus puestos: los que fracasaron aplastados por la inflación, el desempleo, el retroceso económico, la crisis eléctrica y de salud; y los que, cual El Aissaimi y demás autoridades, dieron tan deplorable espectáculo durante la historia abominable de El Rodeo. Como si viviéramos en el mejor de los mundos, el Presidente convalidó a los conductores directos de la catástrofe. Metido en un hueco, en lugar de dejar de cavar ha seguido haciéndolo.

¿Adónde nos lleva este aguado barco? Algunos se desesperan y no sin razón.

¡Hay que salir a la calle a parar en seco los disparates!, repiten en la red tuitera.

Y ciertamente falta mucho esfuerzo para evitar el naufragio, pero lo que no podemos hacer es salir de cauce; abandonar el camino seguro hacia el decisivo debate comicial de 2012: la unidad, las primarias, las redes sociales para sustentar las políticas en el marco de la ley. Por supuesto, no faltan las críticas, en su mayoría de buena fe. Otras, claro, no tanto. No obstante, unas y otras son necesarias pues así lo demanda la democracia. Aunque podría ser bueno sugerirles que al levantar la espada del cielo no se olviden de sí mismos, para no ser como el capitán Araya que embarcaba a sus soldados mientras él se quedaba en la playa.

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