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viernes, 28 de marzo de 2014

La G2 cubana quiere levantar la Moral en el DesGobierno de Maduro #Venezuela

El propio Fidel cuenta como dio ordenes a la Fuerza Armada de Venezuela en abril del 2002



EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO



NO, CASI NO HAY INGERENCIA DE CUBA EN LOS ASUNTOS INTERNOS DE VENEZUELA



El propio Fidel cuenta como dio ordenes a la Fuerza Armada de Venezuela en abril del 2002





El expresidente cubano publicó en un tabloide especial el texto íntegro de la charla telefónica que sostuvo con el fallecido mandatario venezolano.






El
líder cubano, Fidel Castro, publicó en un tabloide especial el texto
íntegro de la charla telefónica que sostuvo con el fallecido mandatario
venezolano Hugo Chávez en 2002 tras el golpe de Estado que lo sacó del
poder en Venezuela por unas horas.
La
edición de este viernes del diario Granma (órgano oficial del
gobernante y único Partido Comunista de Cuba) incluyó un suplemento de
ocho páginas con unas breves palabras de Castro junto a la transcripción
de la conversación que compartió el 14 de abril de 2002 con Chávez, a
raíz de su regreso a la sede de Gobierno en el Palacio de Miraflores.
"Por
mi parte, no deseaba ocupar un milímetro de las páginas del Granma. Por
ello solicité se publicara un tabloide para acompañar al Órgano Oficial
de nuestro Partido", señala el líder de la revolución cubana.
En
la transcripción divulgada este viernes, Chávez relata a Castro cómo
vivió los acontecimientos y su cautiverio, y comparten información sobre
otros detalles como la situación que vivió la embajada de La Habana en
Caracas durante el golpe.
A continuación, reproducimos el texto completo, tal y como fue publicado en el Granma:
CONVERSACIÓN
TELEFÓNICA SOSTENIDA POR EL COMANDANTE EN JEFE FIDEL CASTRO RUZ CON EL
PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA, HUGO CHÁVEZ FRÍAS.
14/04/2002 – 07:01 h
PDTE. CHÁVEZ.-...Heroína María, Fidel. (al parecer yo lo había llamado a él héroe un segundo antes)
CMDTE. EN JEFE.- ¡Ah, esa es la campeona, caramba! ¡Qué historia! ¡Qué historia!
PDTE. CHÁVEZ.- (Se ríe) ¡Esto no tiene nombre, Fidel!
CMDTE.
EN JEFE.- Yo ahora estaba meditando, no me podía dormir. Me iba a
dormir y no me podía dormir, cuando me suena un timbrecito ahí, y ya...
¡Qué cosa!
PDTE.
CHÁVEZ.- ¡Qué día, Fidel! Estoy que... ¡es una cosa increíble,
increíble! Yo todavía estoy procesando cosas. Y los muchachos... Porque
yo estaba aislado; me llevaron, cuando salí de aquí, esa madrugada, como
dos horas después que hablamos. Pues, entonces, por fin, como lo
hablamos, yo dije: “No, yo no voy a renunciar. Voy preso, pues.”
Entonces, me voy, voluntariamente. Hablé con los muchachos, que son
—como tú sabes— unos guerreros, y les dije: “No se pongan a cometer
locuras. Bueno, vamos a prisión y esto no ha terminado.” Porque no tenía
yo ya cartas que jugar. Otras unidades leales, pero estaban lejos, ¿ve?
Las que estaban sólidas, sobre todo la Brigada de Pa­racaidistas en
Maracay. Baduel me llamó.
CMDTE. EN JEFE.- No, y no podían moverla, Hugo, porque se arma una batalla, ni siquiera una guerra civil.
PDTE. CHÁVEZ.- Sí, sí, exactamente. Yo le dije...
CMDTE. EN JEFE.- Yo he oído decir que ya querían venir y tú les dijiste que no.
PDTE.
CHÁVEZ.- No, yo le dije: “Mantén tu posición.” Y me llamaron unos
muchachos de Maracaibo, allá en Occidente, de Tanques, y me dijo Alcalá:
“Aquí está mi batallón de tanques listo en columnas, y todos mis
oficiales y tropas. ¡Patria o Muerte! Me voy a tomar Maracaibo.” Le
dije: “No. Mantén tu posición. Me basta que mantengas la posición moral,
de combate, pero mantén tu posición física también. Eso sí, artillado y
listo, por si acaso te ataca la fuerza aérea, o alguna cosa.”
Y
eso se fue multiplicando a nivel de los Comandantes de los Batallones
de Tanques, de Infantería, un Batallón de Selva por allá en la selva.
Empezaron a decir que no reconocían al supuesto gobierno este nuevo,
ilegítimo. Y Baduel se convirtió en el eje, y otros generales leales se
fueron para allá. Muchos de los muchachos míos que se quedaron sueltos
por ahí, se concentraron en Maracay.
Yo
estaba haciendo un plan después que hablé contigo. La única alternativa
que me quedaba era irme a Maracay. Pero tú sabes que esas son como casi
dos horas por tierra. Y entonces, bueno, no teníamos la seguridad de
que pudiéramos llegar allá.
CMDTE. EN JEFE.- Era imposible, era imposible.
PDTE.
CHÁVEZ.- No, no. Nos hubieran parado en la carretera, y a lo mejor se
arma una batalla ahí, ¡quién sabe qué hubiera pasado! Así que, por eso,
decidí entregarme.
Me
llevaron a cinco sitios. Me movieron de un lado para otro. Me
presionaron para que firmara la renuncia. Yo dije: “No, yo no renuncio.
Yo soy preso. Soy preso, y listo. Y enjuícienme.”
Me
llevaron a medianoche por allá, a un apostadero naval, y resulta que a
las dos horas ya tenía ganados a casi todos los sargentos, porque son
comandos de estos, paracaidistas y todo, ¿no?
CMDTE. EN JEFE.- Eso fue aquel día, eso fue el viernes.
PDTE. CHÁVEZ.- ¿Eh?
CMDTE. EN JEFE.- ¿El viernes?
PDTE. CHÁVEZ.- No, eso fue antier, el jueves por la noche.
CMDTE. EN JEFE.- El jueves. ¡Ah, eso fue...!
Pero tú estabas en Palacio.
PDTE. CHÁVEZ.- No, eso fue el viernes, perdón.
CMDTE. EN JEFE.- Sí, a las 03:50 fue que tú saliste, del viernes, antes del amanecer.
PDTE.
CHÁVEZ.- Correcto. Entonces, ahí me movieron por tres lugares ese mismo
día. Y por fin decidieron —como ya la gente se estaba agolpando... Yo
estaba por allá en el Regimiento de Policía Militar, preso, y la celda
donde yo estaba queda como a un kilómetro de la salida del Fuerte Tiuna,
y ya se oían los gritos de la gente. Porque la gente sabía que yo
estaba ahí, ¿no? Yo llamé de allí, hablé con María, hablé con María
Isabel y con la familia: “Díganles que estoy aquí en Fuerte Tiuna.” Y la
gente empezó a irse para allá, a aglomerarse. Pero miles de personas, a
gritar consignas, sin miedo...
CMDTE. EN JEFE.- ¿A qué hora del viernes?
PDTE. CHÁVEZ.- Eso fue ya en la tarde del viernes.
CMDTE. EN JEFE.- Claro. ¿Y cómo pudiste hablar con María y con el Ministro de Educación y de Trabajo?
PDTE. CHÁVEZ.- Los militares... Un militar me prestó un teléfono celular.
CMDTE. EN JEFE.- ¿En dónde? ¿En ese momento? ¿Allí en el Fuerte Tiuna?
PDTE.
CHÁVEZ.- En el Fuerte Tiuna me prestaron un teléfono y empecé a hacer
algunas llamadas: a mis hijos, a María Isabel... Y les pedí que hablaran
con el mundo; que yo no había renunciado. Ahí fue cuando María te
llama...
CMDTE. EN JEFE.- A las 10 y dos minutos me llama María. El viernes.
PDTE. CHÁVEZ.- En la noche.
CMDTE. EN JEFE.- No, por la mañana.
PDTE. CHÁVEZ.- iAh!
CMDTE.
EN JEFE.- A las 10 y dos minutos me llama. Y es cuando yo le propongo
que si ella estaba dispuesta a hablar ella misma. Dice: “Sí, ¡qué no
haría yo por mi padre!”
Entonces
le preparé inmediatamente para que hablara con Randy el periodista, y a
las 12:40 lo disparamos al aire. Cuando lo disparamos al aire, se lo
entregamos a las agencias y también a la CNN. Entonces la CNN empezó a
darlo y cada media hora sacaba la noticia.
PDTE. CHÁVEZ.- ¿Y cuánto tiempo habló María?
CMDTE. EN JEFE.- Bueno, puede ser que ella habló... Fueron seis minutos. Hizo una historia muy bien, en seis minutos.
PDTE. CHÁVEZ.- iAh, no, pero esa es la heroína!
CMDTE. EN JEFE.- No, no, pero sí. Pero fue fenomenal, porque esta gente...
PDTE. CHÁVEZ.- No, eso fue muy, muy importante.
CMDTE.
EN JEFE.- Entonces ya Felipe fue como a las 4 de la tarde, en que
estaba asediada la Embajada nuestra. Pero allí ha sido... La querían
asaltar. Hubo un momento... Bueno, la orden tenía que ser, primero,
disparos... Tenían que defenderse, porque los mataban a todos, y había 5
mujeres y un niño, y 17 compañeros allí. Fue muy tensa...
PDTE. CHÁVEZ.- Dicen que les quitaron hasta la luz y el agua.
CMDTE.
EN JEFE.- Fue muy tensa. Les quitaron la luz, les quitaron el agua, no
se podían mover, y hasta, bueno, estuvieron a punto de asaltarla. Ese
fue el momento más crítico. Habría perturbado eso terriblemente. Porque
de abrir una balacera...
PDTE. CHÁVEZ.- Germán estaba ahí, ¿no?
CMDTE.
EN JEFE.- Germán se portó... ¡Y toda la gente se portó... pero como
unos héroes de verdad! Allí. Porque estaban cercados. Una multitud.
Romaní y toda la gusanera aquella. ¡Si tú ves qué discurso pronunciaba!
Porque a aquellos los transmitían. Las cadenas esas transmitían todo.
PDTE. CHÁVEZ.- Claro, lo transmi-tían todo.
CMDTE. EN JEFE.- Y se pasaron todo el día calumniando y calumniando, y hablando de la renuncia, la renuncia y la renuncia.
Entonces, ellos edificaron todo su andamiaje sobre la base de la renuncia. Ahí fue donde se embarcaron p’al diablo.
PDTE.
CHÁVEZ.- (Se ríe) Sí, porque empezaron a difundir un texto que yo no
quise firmar, cuando me reuní allá en el Fuerte Tiuna con los generales
traidores estos, que estaban comprados por la oligarquía de acá y otros
sectores más.
Entonces, bueno, me llevaron. Cuando empieza la gente a aglomerarse en Fuerte Tiuna, ya en la tarde...
CMDTE. EN JEFE.- ¿A qué hora hubo unos disparos allí? Porque hubo unos disparos. Ya anocheciendo, o de noche ya.
PDTE. CHÁVEZ.- Sí. Hubo unos disparos. Parece que fue al aire.
CMDTE. EN JEFE.- Sí, porque la gente estaba acumulándose y estaba bajando de las lomas.
PDTE. CHÁVEZ.- Anjá.
CMDTE. EN JEFE.- Sí.
PDTE.
CHÁVEZ.- Entonces, ahí me llevan, en helicóptero, ya de noche, ha­cia
un apostadero naval que queda co­mo a hora y media de Caracas en
helicóptero.
Yo
no sabía para dónde me llevaban. Entonces, bueno, me monté en el
helicóptero, y me llevan a un apostadero naval, donde estaba un grupo de
comandos de la Marina.
CMDTE. EN JEFE.- Sí, Riuma...
PDTE. CHÁVEZ.- ¿Eh?
CMDTE.
EN JEFE.- Tiene un nombre... Yo lo vi ayer por la mañana, porque un
amigo, una gente de ustedes se lo dice a la AFP. Me refiero al viernes,
¿no? No, al sábado por la mañana. Se lo dice a la AFP, que a ti te han
llevado para un lugar, y da el nombre allí; dice: a 100 km de Caracas,
en dirección a Miranda más o menos. Y da el nombre del lugar donde
estás.
PDTE. CHÁVEZ.- Turiamo.
CMDTE.
EN JEFE.- Turiamo, exactamente. De eso yo me entero cuando termino un
acto por la mañana, en que metimos duro, ¿no? Entonces, ya yo iba
saliendo del acto, y me informan que ha salido un cable que indica el
lugar donde tú estás. Allá.
Entonces,
llamé allá. Tus padres habían oído a María. Por la noche, por la CNN,
vieron todo. Entonces, tu mamá manda un recado. Nos llama, quiere hablar
conmigo, porque quiere hacer una declaración ella también.
Entonces,
yo la llamé primero a la Gobernación, pero me dejaron tres teléfonos y
estaban en la residencia, allí donde estuvimos comiendo el pescado
aquel.
PDTE. CHÁVEZ.- Sí. (Se ríe)
CMDTE.
EN JEFE.- Entonces, estaba ella con muy buen ánimo. Pero allí me doy
cuenta —porque hablé también con tu padre, y le pregunté cómo estaban
las cosas. La relación con la jefatura militar estaba muy bien; se había
reunido. Y entonces allí, el de Sabaneta también, muy activo. Ya ellos
habían hecho contacto allá también con la gente de los paracaidistas, y
tenían el control allí de la situación, y se organizó muy bien.
Entonces, ya empiezan las primeras noticias.
Yo,
cuando terminé de hablar con ellos ya, llamé a María —era alrededor de
las 10, 10 y tanto—, a ver qué noticias tenía, y yo le doy la
información de que te habían llevado para esa base.
PDTE.
CHÁVEZ.- Correcto. Ahí estuve esa noche. Ahí, bueno, descansé un rato;
hablé con los muchachos, los comandos... Porque ellos son muchachos de
comandos paracaidistas, aunque son de la Marina, y entonces resulta que
me los voy ganando, me los voy ganando, van cogiendo confianza. Y en la
mañana resulta que uno me propone salir de ahí, es decir, tomar la base
esa y rescatarme, y salir de ahí hacia Maracay por tierra —porque el
helicóptero no lo teníamos cerca, estaba en el apostadero, donde sí
ellos lo tenían bajo control. Entonces, a mí me pusieron en una bahía
con una unidad de comandos de unos 100 hombres; pero ellos me dijeron
—un grupo de oficiales y sargentos—, me dijeron: “Mire, mi Comandante,
estamos dispuestos a irnos de aquí con usted. Detenemos aquí a algunos
oficiales que no están con nosotros, y nos vamos a Maracay, porque está
mi general Baduel haciéndose fuerte allá, la gente en la calle, en
Caracas la gente está en la calle. Así que, vámonos de aquí.”
Bueno, estaban haciendo el plan ya, y al rato llegan...
CMDTE. EN JEFE.- ¿Y por dónde hubieran llegado a Maracay ustedes?
PDTE. CHÁVEZ.- Por carretera, porque esa zona queda cerca de Maracay, queda como a dos horas de Maracay por tierra.
CMDTE. EN JEFE.- Pero, ¿Maracay está al este o al oeste de Caracas?
PDTE.
CHÁVEZ.- Maracay está al suroeste de Caracas, y forma —con el lugar
donde yo estaba— como un triángulo casi que equilátero entre...
CMDTE. EN JEFE.- Sí. Pero entonces la base esa, ¿está en la zona de Miranda, o al oeste de Maiquetía?
PDTE. CHÁVEZ.- No, al oeste de Maiquetía, en el estado de Carabobo, yendo hacia...
CMDTE. EN JEFE.- ¿La base esa?
PDTE. CHÁVEZ.- Turiamo, sí.
CMDTE. EN JEFE.- Claro, ahora entiendo, ahora entiendo.
PDTE.
CHÁVEZ.- Y es del estado de Aragua, Turiamo está en Aragua, cuya
capital es Maracay. Ellos cometieron un error allí, porque me llevaron
al estado de Aragua.
CMDTE. EN JEFE.- Te llevaron cerca de donde estaban los paracaidistas.
PDTE. CHÁVEZ.- ¡Cerca! No se dieron cuenta de eso. Entonces yo ahí me sentía más sólido, y los muchachos listos.
Ahora,
¿qué pasa? En Maracay no sólo fue Baduel. Otro general que estaba
conmigo aquí en el Palacio, García Mon­to­ya, resulta que él fue el que
también me recomendó entregarme. Me dice: “No, usted tiene que preservar
la vida. No­sotros nos encargamos aquí de la resistencia. Así que
entréguese, pida garantías, y bueno, nosotros pendientes de exigir que
le respeten la vida”.
Por
una parte me estaban sacando a mí preso, y por la otra él se fue a
Maracay, porque él es muy amigo de Baduel, y allá él, que es General de
División, organiza el Comando de la Resistencia y la Dignidad. Y empieza
ese comando, y los muchachitos míos de aquí, los jovencitos que tú
conoces, se fueron para allá también, para Maracay, que queda como a
hora y media de Caracas. Se fueron, se les escaparon a los jefes aquí, a
los que asumieron.
Aquí tenían un plan ya. Unos se quedaron en el sótano escondidos.
CMDTE. EN JEFE.- Creo que Martínez estaba por allí también, ¿no?
PDTE. CHÁVEZ.- Sí, Martínez estaba. Todos estaban allí. Martínez...
CMDTE. EN JEFE.- Yo hablé con el general ese que tú dices.
PDTE. CHÁVEZ.- ¿García Montoya?
CMDTE.
EN JEFE.- Sí, yo hablé primero con Baduel —porque todo eso me comunicó
María. Me comunicó primero con el que estaba de Jefe de Comando, el que
estaba de Comandante de la Fuerza Armada, Lucas.
PDTE. CHÁVEZ.- ¡Ah, Lucas, Lucas! ¿Hablaste con él?
CMDTE. EN JEFE.- Sí. Ella me comunica con él.
Era el período en que tú estabas en Orchila, ya a esa hora.
Eso fue por la tarde, a primera hora de la tarde más o menos. Yo le comuniqué.
Entonces,
después María me dice que Baduel quiere hablar también, y me dio los
teléfonos. Era muy difícil se cortó dos veces la comunicación— con
Lucas, y entonces, a través de María, pude... Ella me dijo que Baduel
quería hablar conmigo. Entonces, hablé con Baduel un rato, y estábamos
en la enorme preocupación de dónde tú estabas y de presionarlos no fuera
a ser que en la desesperación hicieran cualquier cosa, ¿tú entiendes?
Entonces, él me pone con ese general, este que estaba allí.
PDTE. CHÁVEZ.- García Montoya.
CMDTE. EN JEFE.- Montoya. Y entonces él pide también que ellos querían hacer una declaración pública.
Entonces,
hablando conmigo ahí, yo le puse para grabarle la conversación, y le
dije que la hiciera: ¡pam! Y entonces hizo un discurso dirigido a la
opinión pública mundial y todo.
Inmediatamente la pasamos a la televisión y se la entregamos también a todas las estaciones aquí, un discurso que él hizo.
¡Figúrate!, tú no sabías lo que estaba pasando por acá, ¿no?
PDTE. CHÁVEZ.- No, yo no sabía nada de eso.
Claro,
yo intuía la reacción popular y militar, pero me preocupaba, porque eso
pudiera haber generado hasta una guerra civil. Pero resulta que...
CMDTE.
EN JEFE.- No, Baduel y el otro tenían una posición muy clara —yo se la
elogié—; estaban indecisos de si salir o no. Y entonces, yo decía: no,
no conviene que haya combate. Les di mi opinión, pero ya ellos tenían
pensado precisamente eso.
Entonces, sí yo hablé...
PDTE.
CHÁVEZ.- Creo que dieron un ultimátum a esta gente de aquí de Caracas
para que yo apareciera, si no, iban a venir sobre Caracas los
paracaidistas.
CMDTE.
EN JEFE.- Sí, pero el problema es que lo que hizo el general y lo que
hizo Baduel —los dos— fue la táctica de no moverse, y apelaron a todas
las unidades. Entonces, hablaron en ese mensaje que hicieron, que
nosotros transmitimos a todas partes.
PDTE.
CHÁVEZ.- Sí, eso se convirtió... Ellos convirtieron el Comando de los
Paracaidistas en el Comando de la Resistencia. Entonces, fueron llamando
a las unidades, a generales, a comandantes, y me dicen que tenían un
cuadro en la pared. Y entonces, uno de los muchachos, de los míos acá,
de los tenientes, tomando notas, y el general llamando y llamando:
“Miren, ustedes con quién están, defínanse.” Entonces: “No, que estamos
indecisos.” Entonces empezaban a hablarles, a decirles, y se fueron
ganando poco a poco a toda la oficialidad otra vez, explicándoles que yo
no había renunciado, que eso era una gran mentira, que esa era una
traición, que estaban entregándole el país otra vez a FEDECÁMARAS, a los
empresarios, a los Adecos, a los Copeianos —por­­que esos hicieron una
fiesta aquí ayer.
CMDTE. EN JEFE.- Sí.
PDTE. CHÁVEZ.- Vinieron aquí al Palacio e hicieron unas fiestas.
CMDTE. EN JEFE.- Sí, sí, si los pescaron ahí. (Riéndose) Los pescaron ahí adentro a los ministros.
PDTE. CHÁVEZ.- Aquí tienen a unos presos, pero al fulano presidente este, y a todo el...
El negro Churio... ¿Te acuerdas de Churio?
CMDTE. EN JEFE.- Sí.
PDTE.
CHÁVEZ.- Churio, el Mayor, ese muchacho es el jefe de los comandos
míos. Ellos estaban en el sótano, y entonces... ¡Menos mal que no lo
hicieron! Porque ellos, cuando estaban juramentando al supuesto
presidente este, querían tomarlos de rehenes, hacer una toma de rehenes
allí en el salón grande.
CMDTE. EN JEFE.- (Se ríe)
PDTE. CHÁVEZ.- Es que aquí es para escribir un libro, Fidel.
CMDTE. EN JEFE.- No, no, se puede hacer un libro.
PDTE.
CHÁVEZ.- Un libro para la historia, mira, porque... Tú que tienes
muchos más años que yo en esto; yo no recuerdo un ejemplo parecido...
CMDTE. EN JEFE.- No, no hay nada parecido, no hay nada, nada, nada parecido.
PDTE. CHÁVEZ.- Yo no quería creerlo.
Mira, Fidel, yo anoche estaba allá, estaba por allá con los muchachos de la

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