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martes, 22 de abril de 2014

Los Crímenes que Castro aún No ha pagado: Mariel, Río Canimar, Sede del Vaticano

JOVENES CUBANOS POR EL CAMBIO DEMOCRATICO EN CUBA



EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO



A 34 AÑOS DEL EXODO DEL MARIEL.

1980, EL MARIEL. ANTECEDENTES Y HECHOS POSTERIORES, VINCULADOS A LO OCURRIDO ENTONCES.
Por Armando Araya García.

Mencionar "El 80"; "El Mariel" o "La Embajada de Perú", al hablar de la situación cubana contemporánea, basta para comprender, por cualquier persona cercana al tema, referencia a los sucesos relacionados con el gran éxodo de cubanos en 1980. La introducción en las Embajadas de Perú y Venezuela de cubanos deseosos de partir de la Isla; los "actos de repudio", agresiones de turbas organizadas y dirigidas por el régimen contra los que intentaban salir de Cuba o simplemente de los identificados como no afines al sistema y la emigración masiva de entonces, son aspectos conocidos por numerosas personas.

Otros sucesos que tienen relación con estos hechos son menos conocidos y algunos incluso casi ignorados. A ellos intenta dar posibilidad de acercamiento el presente escrito.

ANTECEDENTES.

En el año 1978 se creó posibilidad de regreso para los cubanos que la política castrista había designado “gusanos” por partir a establecer residencia fuera del país después de la instauración del régimen en 1959. Luego de haber reprimido hasta el contacto epistolar con ellos a los de la Isla, se permitió a muchos el regreso. Después de casi dos décadas de intento de aislamiento total entre los de "afuera" y los que permanecieron, empiezan a visitar Cuba los "gusanos" y el humor criollo los nombró entonces "mariposas" . Esto tuvo lugar en un momento de acercamiento diplomático, durante la presidencia de Jimmy Carter, que condujo al establecimiento de oficinas de intereses de Estados Unidos y Cuba, de uno en territorio del otro.

La mayoría de los que regresaban a la Isla de visita venían de Estados Unidos, algunos después de veinte años o más de ausencia. Retornaron con regalos y dólares, con perfumes que habían olvidado los quedados en Cuba. Mostraban que fuera de Cuba se podía prosperar en todos los sentidos, desmintiendo así la propaganda del régimen y provocó un cambio en la mentalidad del cubano en la Isla, produjo irritación en muchos, constatar de manera palpable el engaño al que eran sometidos.

SUCESOS EN LAS EMBAJADAS.

Aunque los medios de difusión de la dictadura no hacían mención, al pueblo llegaba en rumor creciente la cifra de intentos de introducción en embajadas, en La Habana, para solicitar asilo en el año 1979.

El policía de la sección de tránsito Angel Gálvez, a fines de ese año, luego de acercamientos progresivos en que ganó la confianza de los custodios de la sede diplomática, saltó la cerca. Gálvez, que entró uniformado y con su pistola de reglamento, fue el primer asilado en la Embajada de Perú de ese período.

Los comentarios en el pueblo se encargaban de difundir. Un coredor que habitualmente pasaba con una garrocha por la Embajada de Venezuela saltó la cerca y penetró en la sede.

El 17 de enero 1980 una guagua Leyland de la ruta 32  rompió la estructura del muro de la entrada de la Embajada de Perú y penetraron tres mujeres y cuatro hombres, con cinco niños. Apenas cinco dias después fueron desalojados por tropas de las fuerzas especiales del castrismo, después de un acuerdo con Edgardo de Habich Rospigliosi, embajador al que destituyó por ello el Presidente de Perú Fernando Belaúnde Terry, ya que la decisión de permitir la entrada de los militares cubanos armados para extraer a los solicitantes de asilo, ejecutada con la condición prometida de que los demandantes pudieran realizarar las gestiones de visa desde sus hogares, habia sido tomada sin consulta. El presidente peruano exigió el regreso de los demandantes a la sede diplomática y nombró para esta misión al  Ministro Arturo García. El 23 de enero de 1980, sin conocimiento de las autoridades del régimen cubano, retornaron a la Embajada de Perú en vehículos diplomáticos los asilados, en horas de la madrugada.

Un hombre y dos mujeres entraron a esta misma embajada a mediados del mes de febrero aumentando el número de los que ya se encontraban como solicitantes de asilo y en otra guagua, que penetró burlando la vigilancia de los custodios castristas, tres presonas más el 28 de marzo.

El primero de abril las autoridades castristas retiraron sus guardias de la entrada de la Embajada de Perú y en avalancha demostrativa de la inconformidad y del rechacazo masivo al régimen, en tres dias más de 10 000 cubanos entraron buscando asilo para escapar de la dictadura impuesta en su país.

EL PRESIDENTE JAMES EARL CARTER Y "EL MARIEL".

Es difíicil imaginar que la directora de la Liga de Mujeres Votantes de Miam, Merle Frank, en la conferencia de la Liga en Washington en 1980, pensó, al preguntar al presidente Jimmy Carter sobre la ayuda a Miami por la afluencia de cubanos del éxodo del Mariel, que la respuesta del mandatario "Seguiremos teniendo el corazón y los brazos abiertos'', sería utilizada por Castro como pretexto para organizar su maniobra que en sólo seis días superó todas las cifras de llegadas diarias el 11 de mayo, incluyendo entre los emigarntes criminales llevados directamente de las cárceles cubanas a las embarcaciones.

Este éxodo hacia Estados Unidos alcanzó la cifra de 125,000 cubanos y no se detuvo hasta el 26 de septiembre de 1980, con la orden impuesta, por militares del castrismo, a los últimos 150 barcos en el puerto de Mariel de retirarse sin pasajeros. Fue ejemplo demostrativo del fracaso de la política del presidente Carter en su pretendida "solución"  para poner fin a las hostilidades entre Cuba y USA.

El resultado del estudio sobre este asunto realizado por una comisión durante la presidencia de Ronald Reagan expresa que el Mariel "destruyó toda posibilidad de mejorar las relaciones bilaterales bajo la presidencia de Carter''.

"Debemos tratar de conseguir la normalización de nuestras relaciones con Cuba'' expresaba Carter, poco después de asumir la presidencia, en una directiva presidencial secreta en que trazaba el rumbo de trabajo de su administración respecto a Cuba. En 1977 negoció la definición de las aguas territoriales y los derechos de pesca, concediendo que recibiría más de 3,000 ex presos políticos liberados por el castrismo. Abolió las restricciones de viajes entre Estados Unidos y Cuba, incluido el turismo y se instauraron  las secciones de intereses, que como misiones diplomáticas existen desde entonces en La Habana y Washington. Mas no obtuvo el retiro de las tropas de Castro de Angola, objetivo que Carter planteaba como esencial y los soldados castristas permanecieron hasta 1991 en Africa. Resferente al respeto de los Derechos Humanos en la Isla y a un acercamiento a las normas democráticas ningún avance reportó su política.

LA MASACRE DE RIO CANIMAR.

El 6 de Julio de 1980, poco después de los sucesos de La Embajada de Perú. El joven Sergio Aguila Yánez, sargento recluta de 19 años, con su hermano menor Silvio Aguila Yánez, acompañados por sus amigos Humberto y Roberto Calveiro de 16 años, trataron de desviar la embarcación fluvial XX Aniversario que realizaba paseos en el Rio Canimar de Matanzas. En el intento por lograr el control de la nave para escapar del régimen, uno de los guardias armados puestos para evitar las tentivas de fuga previsibles por el descontento de la población, trató de utilizar su arma y fue herido por Sergio, lo que dio la alarma, aunque lograron el control de la embarcación, con más de 60 pasajeros a bordo y poner proa rumbo a aguas internacionales. Julián Rizo Alvarez, Primer Secretario del Partido en esa provincia, tomó el mando de la acción armada decidida por orden expresa de Fidel Castro contra la embarcación. Esta fue interceptada por lanchas torpederas de la marina, a las que luego se unió otra nave de mayor fuerza y un avión, sin reparo por la vida de sus pasajeros, entre los que había niños que los familiares mostraron en brazos para hacer comprender a los atacantes lo inhumano de sus propósitos en intento para hacerlos desistir de la inminente agresión, los militares ametrallaron el barco, dispararon desde sus embarcaciones y el avión, hasta inutilizar el sistema de navegación, provocando numerosos muertos y heridos, los pasajeros corrieron a las bodegas del XX Aniversario buscando refugio. Entonces el Primer Secretario del Partido, Julián Rizo Alvarez, al mando de la draga arenera 23 de Mayo dio la orden de embestir la embarcación. En la primera acometida la nave, que apenas se mantenía a flote, no se hundió y hubo una segunda embestida que quebró la embarcación. Sergio Aguila dijo a su amigo Roberto que no se dejaría "coger por los comunistas" y se dio un tiro en la sien cuando el barco comenzó a hundirse. Contra Roberto, de dieciseis años, tiraron los militares mientras nadaba, luego fue capturado, milagrosamente salvó la vida y pasó doce años en las prisiones de la dictadura. Fueron rescatados once de los cadáveres, entre las mas de cuarenta víctimas: 

Sergio Aguila Yánez 
Mirta de Armas Naranjo 
Onelia Quintana 
Delio Gómez González 
Juan J. Domínguez Alonso 
Vicente Fleitas Cabrera 
José R. San Juan Luis 

Y los menores 

Marisol Martínez Aragones 
Marisel San Juan Aragones 
Lilian de C. González López 
Osmany Rosales Valdez 

Por este crimen Julián Rizo Alvarez fue promovido poco después y nombrado miembro del Buró Político del Partido Comunista. 

EL INTENTO DE ASILO EN LA SEDE DEL VATICANO.

Después de suprimidos los viajes del éxodo desde Mariel, quedaron en Cuba miles que deseaban partir y no pudieron hacerlo entonces, incluso muchos de los que habían penetrado en la Embajada de Perú con ese objetivo. Meses más tarde era perceptible el creciente número de cubanos que quería salir de la Isla y alejarse del "modelo socialista" del castrismo. 

En el mediodía del miércoles 3 de Diciembre de 1980, entraron en la Embajada del Vaticano ocho personas, cinco hombres y tres mujeres, para solicitar asilo político, luego de neutralizar al custodio, los que de ellos iban armados, con armas de fuego, para obligarlo a no intervenir y evitar que malograce sus propósitos. 

En el interior, manifestaron su demanda de asilo a un funcionario eclesiástico de la Sede, que les invitó a esperar su retorno en lo que comunicaba a las autoridades competentes de la embajada la solicitud. Los funcionarios de ésta abandonaron el sitio, dejando en él a los ocho solicitantes de refugio, el custodio que habian controlado y cuatro monjas.

El edificio fue rodeada por tropas especiales del régimen y desde Roma se acordó, el Vaticano negociaría con los ocupantes de la Santa Sede. En estas negociaciones se prometió a los ocho solicitantes se daría una satisfacción a sus demandas.  Les prometieron serían respetados sus derechos, se realizarían las gestiones de salida del país y representantes diplomáticos de varios países, acreditados en La Habana, estarían presentes al abandonabar ellos el lugar y los acompañarían en esos trámites. Para concretar esto se acordó un encuentro en el patio. Pero en lugar de funcionarios diplomáticos, los demandantes encontraron agentes de la policía política cubana. Se produjo un intercambio de disparos en el que murió el custodio que tenian consigo. Luego, con aprobación de las autoridades del Vaticano, las tropas especiales de la dictadura asaltaron el recinto y apresaron a las ocho personas que habían pedido asilo en la Sede.

Apenas 29 días más tarde, el martes primero de enero del año 1981, en una parodia de juicio fueron condenados a muerte por fusilamiento Ventura García Marín, de 19 años; Cipriano García Marín, de 21 y Eugenio García Marín, de 25 años de edad, acusados de haber dado muerte al custodio, sin que en la audiencia fuera dilucidado cual de los dos grupos inició los disparos, ni se precisara siquiera a que bando pertenecía el autor del disparo que causo la muerte. Al día siguiente del juicio sumarísimo, el 2 de enero fusilaron a los tres jóvenes hermanos García Marín.

Los otros cinco participantes en el intento de demanda de asilo en la Embajada del Vaticano, fueron condenados a prisión.

En nuevo gesto de injusticia fue juzgada la Sra. Marín, madre de los fusilados, por no haber denunciado los planes de sus hijos y la condenaron a 20 años de cárcel. Salió de prisión, en estado de demencia, sólo luego de diez años de martirio. 

Sirva este escrito como homenaje para recordar a las víctimas de la dictadura en relación con estos hechos, añadidas al extenso martirologio del pueblo cubano. Se me hace insoportable dejar en silencio estas ignominias. Por el 34 aniversario de lo ocurrido bien pudiera alguna institución internacional, algún gobierno democrático digno, señalar estos crímenes y abusos de la dictadura y condenarlos o por ejemplo, la Iglesia Católica dedicar una misa y mostrar compasión a los familiares, que fueron muchos de ellos obligados durante años por los órganos represivos a guardar silencio sobre lo ocurrido. Pero no creo sucederá, continuará el silencio y las acciones tímidas de pose. Incluso la asistencia espiritual a los que sufren seguirá ausente. Pero los que luchamos por una Cuba Libre no podemos olvidar.

FOTO: Acto de Repudio. Cuba, 1980.


FOTO: Acto de Repudio. Cuba, 1980.



A 34 AÑOS DEL EXODO DEL MARIEL.





1980, EL MARIEL. ANTECEDENTES Y HECHOS POSTERIORES, VINCULADOS A LO OCURRIDO ENTONCES.


Por Armando Araya García.





Mencionar "El 80"; "El Mariel" o "La Embajada de Perú", al hablar de la
situación cubana contemporánea, basta para comprender, por cualquier
persona cercana al tema, referencia a los sucesos relacionados con el
gran éxodo de cubanos en 1980. La introducción en las Embajadas de Perú y
Venezuela de cubanos deseosos de partir de la Isla; los "actos de
repudio", agresiones de turbas organizadas y dirigidas por el régimen
contra los que intentaban salir de Cuba o simplemente de los
identificados como no afines al sistema y la emigración masiva de
entonces, son aspectos conocidos por numerosas personas.




Otros
sucesos que tienen relación con estos hechos son menos conocidos y
algunos incluso casi ignorados. A ellos intenta dar posibilidad de
acercamiento el presente escrito.




ANTECEDENTES.



En el año
1978 se creó posibilidad de regreso para los cubanos que la política
castrista había designado “gusanos” por partir a establecer residencia
fuera del país después de la instauración del régimen en 1959. Luego de
haber reprimido hasta el contacto epistolar con ellos a los de la Isla,
se permitió a muchos el regreso. Después de casi dos décadas de intento
de aislamiento total entre los de "afuera" y los que permanecieron,
empiezan a visitar Cuba los "gusanos" y el humor criollo los nombró
entonces "mariposas" . Esto tuvo lugar en un momento de acercamiento
diplomático, durante la presidencia de Jimmy Carter, que condujo al
establecimiento de oficinas de intereses de Estados Unidos y Cuba, de
uno en territorio del otro.




La mayoría de los que regresaban a la
Isla de visita venían de Estados Unidos, algunos después de veinte años
o más de ausencia. Retornaron con regalos y dólares, con perfumes que
habían olvidado los quedados en Cuba. Mostraban que fuera de Cuba se
podía prosperar en todos los sentidos, desmintiendo así la propaganda
del régimen y provocó un cambio en la mentalidad del cubano en la Isla,
produjo irritación en muchos, constatar de manera palpable el engaño al
que eran sometidos.




SUCESOS EN LAS EMBAJADAS.



Aunque los
medios de difusión de la dictadura no hacían mención, al pueblo llegaba
en rumor creciente la cifra de intentos de introducción en embajadas, en
La Habana, para solicitar asilo en el año 1979.




El policía de la
sección de tránsito Angel Gálvez, a fines de ese año, luego de
acercamientos progresivos en que ganó la confianza de los custodios de
la sede diplomática, saltó la cerca. Gálvez, que entró uniformado y con
su pistola de reglamento, fue el primer asilado en la Embajada de Perú
de ese período.


Los comentarios en el pueblo se encargaban de
difundir. Un coredor que habitualmente pasaba con una garrocha por la
Embajada de Venezuela saltó la cerca y penetró en la sede.




El 17
de enero 1980 una guagua Leyland de la ruta 32 rompió la estructura del
muro de la entrada de la Embajada de Perú y penetraron tres mujeres y
cuatro hombres, con cinco niños. Apenas cinco dias después fueron
desalojados por tropas de las fuerzas especiales del castrismo, después
de un acuerdo con Edgardo de Habich Rospigliosi, embajador al que
destituyó por ello el Presidente de Perú Fernando Belaúnde Terry, ya que
la decisión de permitir la entrada de los militares cubanos armados
para extraer a los solicitantes de asilo, ejecutada con la condición
prometida de que los demandantes pudieran realizarar las gestiones de
visa desde sus hogares, habia sido tomada sin consulta. El presidente
peruano exigió el regreso de los demandantes a la sede diplomática y
nombró para esta misión al Ministro Arturo García. El 23 de enero de
1980, sin conocimiento de las autoridades del régimen cubano, retornaron
a la Embajada de Perú en vehículos diplomáticos los asilados, en horas
de la madrugada.




Un hombre y dos mujeres entraron a esta misma
embajada a mediados del mes de febrero aumentando el número de los que
ya se encontraban como solicitantes de asilo y en otra guagua, que
penetró burlando la vigilancia de los custodios castristas, tres
presonas más el 28 de marzo.




El primero de abril las autoridades
castristas retiraron sus guardias de la entrada de la Embajada de Perú y
en avalancha demostrativa de la inconformidad y del rechacazo masivo al
régimen, en tres dias más de 10 000 cubanos entraron buscando asilo
para escapar de la dictadura impuesta en su país.




EL PRESIDENTE JAMES EARL CARTER Y "EL MARIEL".




Es difíicil imaginar que la directora de la Liga de Mujeres Votantes de
Miam, Merle Frank, en la conferencia de la Liga en Washington en 1980,
pensó, al preguntar al presidente Jimmy Carter sobre la ayuda a Miami
por la afluencia de cubanos del éxodo del Mariel, que la respuesta del
mandatario "Seguiremos teniendo el corazón y los brazos abiertos'',
sería utilizada por Castro como pretexto para organizar su maniobra que
en sólo seis días superó todas las cifras de llegadas diarias el 11 de
mayo, incluyendo entre los emigarntes criminales llevados directamente
de las cárceles cubanas a las embarcaciones.


Este éxodo hacia
Estados Unidos alcanzó la cifra de 125,000 cubanos y no se detuvo hasta
el 26 de septiembre de 1980, con la orden impuesta, por militares del
castrismo, a los últimos 150 barcos en el puerto de Mariel de retirarse
sin pasajeros. Fue ejemplo demostrativo del fracaso de la política del
presidente Carter en su pretendida "solución" para poner fin a las
hostilidades entre Cuba y USA.




El resultado del estudio sobre
este asunto realizado por una comisión durante la presidencia de Ronald
Reagan expresa que el Mariel "destruyó toda posibilidad de mejorar las
relaciones bilaterales bajo la presidencia de Carter''.


"Debemos
tratar de conseguir la normalización de nuestras relaciones con Cuba''
expresaba Carter, poco después de asumir la presidencia, en una
directiva presidencial secreta en que trazaba el rumbo de trabajo de su
administración respecto a Cuba. En 1977 negoció la definición de las
aguas territoriales y los derechos de pesca, concediendo que recibiría
más de 3,000 ex presos políticos liberados por el castrismo. Abolió las
restricciones de viajes entre Estados Unidos y Cuba, incluido el turismo
y se instauraron las secciones de intereses, que como misiones
diplomáticas existen desde entonces en La Habana y Washington. Mas no
obtuvo el retiro de las tropas de Castro de Angola, objetivo que Carter
planteaba como esencial y los soldados castristas permanecieron hasta
1991 en Africa. Resferente al respeto de los Derechos Humanos en la Isla
y a un acercamiento a las normas democráticas ningún avance reportó su
política.




LA MASACRE DE RIO CANIMAR.



El 6 de Julio de
1980, poco después de los sucesos de La Embajada de Perú. El joven
Sergio Aguila Yánez, sargento recluta de 19 años, con su hermano menor
Silvio Aguila Yánez, acompañados por sus amigos Humberto y Roberto
Calveiro de 16 años, trataron de desviar la embarcación fluvial XX
Aniversario que realizaba paseos en el Rio Canimar de Matanzas. En el
intento por lograr el control de la nave para escapar del régimen, uno
de los guardias armados puestos para evitar las tentivas de fuga
previsibles por el descontento de la población, trató de utilizar su
arma y fue herido por Sergio, lo que dio la alarma, aunque lograron el
control de la embarcación, con más de 60 pasajeros a bordo y poner proa
rumbo a aguas internacionales. Julián Rizo Alvarez, Primer Secretario
del Partido en esa provincia, tomó el mando de la acción armada decidida
por orden expresa de Fidel Castro contra la embarcación. Esta fue
interceptada por lanchas torpederas de la marina, a las que luego se
unió otra nave de mayor fuerza y un avión, sin reparo por la vida de sus
pasajeros, entre los que había niños que los familiares mostraron en
brazos para hacer comprender a los atacantes lo inhumano de sus
propósitos en intento para hacerlos desistir de la inminente agresión,
los militares ametrallaron el barco, dispararon desde sus embarcaciones y
el avión, hasta inutilizar el sistema de navegación, provocando
numerosos muertos y heridos, los pasajeros corrieron a las bodegas del
XX Aniversario buscando refugio. Entonces el Primer Secretario del
Partido, Julián Rizo Alvarez, al mando de la draga arenera 23 de Mayo
dio la orden de embestir la embarcación. En la primera acometida la
nave, que apenas se mantenía a flote, no se hundió y hubo una segunda
embestida que quebró la embarcación. Sergio Aguila dijo a su amigo
Roberto que no se dejaría "coger por los comunistas" y se dio un tiro en
la sien cuando el barco comenzó a hundirse. Contra Roberto, de
dieciseis años, tiraron los militares mientras nadaba, luego fue
capturado, milagrosamente salvó la vida y pasó doce años en las
prisiones de la dictadura. Fueron rescatados once de los cadáveres,
entre las mas de cuarenta víctimas: 




Sergio Aguila Yánez
Mirta de Armas Naranjo
Onelia Quintana
Delio Gómez González
Juan J. Domínguez Alonso
Vicente Fleitas Cabrera
José R. San Juan Luis


Y los menores

Marisol Martínez Aragones
Marisel San Juan Aragones
Lilian de C. González López
Osmany Rosales Valdez


Por este crimen Julián Rizo Alvarez fue promovido poco después y nombrado miembro del Buró Político del Partido Comunista. 



EL INTENTO DE ASILO EN LA SEDE DEL VATICANO.




Después de suprimidos los viajes del éxodo desde Mariel, quedaron en
Cuba miles que deseaban partir y no pudieron hacerlo entonces, incluso
muchos de los que habían penetrado en la Embajada de Perú con ese
objetivo. Meses más tarde era perceptible el creciente número de cubanos
que quería salir de la Isla y alejarse del "modelo socialista" del
castrismo. 




En el mediodía del miércoles 3 de Diciembre de 1980,
entraron en la Embajada del Vaticano ocho personas, cinco hombres y tres
mujeres, para solicitar asilo político, luego de neutralizar al
custodio, los que de ellos iban armados, con armas de fuego, para
obligarlo a no intervenir y evitar que malograce sus propósitos. 





En el interior, manifestaron su demanda de asilo a un funcionario
eclesiástico de la Sede, que les invitó a esperar su retorno en lo que
comunicaba a las autoridades competentes de la embajada la solicitud.
Los funcionarios de ésta abandonaron el sitio, dejando en él a los ocho
solicitantes de refugio, el custodio que habian controlado y cuatro
monjas.




El edificio fue rodeada por tropas especiales del régimen
y desde Roma se acordó, el Vaticano negociaría con los ocupantes de la
Santa Sede. En estas negociaciones se prometió a los ocho solicitantes
se daría una satisfacción a sus demandas. Les prometieron serían
respetados sus derechos, se realizarían las gestiones de salida del país
y representantes diplomáticos de varios países, acreditados en La
Habana, estarían presentes al abandonabar ellos el lugar y los
acompañarían en esos trámites. Para concretar esto se acordó un
encuentro en el patio. Pero en lugar de funcionarios diplomáticos, los
demandantes encontraron agentes de la policía política cubana. Se
produjo un intercambio de disparos en el que murió el custodio que
tenian consigo. Luego, con aprobación de las autoridades del Vaticano,
las tropas especiales de la dictadura asaltaron el recinto y apresaron a
las ocho personas que habían pedido asilo en la Sede.




Apenas 29
días más tarde, el martes primero de enero del año 1981, en una parodia
de juicio fueron condenados a muerte por fusilamiento Ventura García
Marín, de 19 años; Cipriano García Marín, de 21 y Eugenio García Marín,
de 25 años de edad, acusados de haber dado muerte al custodio, sin que
en la audiencia fuera dilucidado cual de los dos grupos inició los
disparos, ni se precisara siquiera a que bando pertenecía el autor del
disparo que causo la muerte. Al día siguiente del juicio sumarísimo, el 2
de enero fusilaron a los tres jóvenes hermanos García Marín.




Los otros cinco participantes en el intento de demanda de asilo en la Embajada del Vaticano, fueron condenados a prisión.




En nuevo gesto de injusticia fue juzgada la Sra. Marín, madre de los
fusilados, por no haber denunciado los planes de sus hijos y la
condenaron a 20 años de cárcel. Salió de prisión, en estado de demencia,
sólo luego de diez años de martirio. 




Sirva este escrito como
homenaje para recordar a las víctimas de la dictadura en relación con
estos hechos, añadidas al extenso martirologio del pueblo cubano. Se me
hace insoportable dejar en silencio estas ignominias. Por el 34
aniversario de lo ocurrido bien pudiera alguna institución
internacional, algún gobierno democrático digno, señalar estos crímenes y
abusos de la dictadura y condenarlos o por ejemplo, la Iglesia Católica
dedicar una misa y mostrar compasión a los familiares, que fueron
muchos de ellos obligados durante años por los órganos represivos a
guardar silencio sobre lo ocurrido. Pero no creo sucederá, continuará el
silencio y las acciones tímidas de pose. Incluso la asistencia
espiritual a los que sufren seguirá ausente. Pero los que luchamos por
una Cuba Libre no podemos olvidar.





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