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domingo, 22 de junio de 2014

Hijo de Eusebio Leal de testaferro en Miami Así habrá robado el Historiador con sus cuento de Adas.

EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO



India Manana desde La Habana Vieja.



De aguacatones habaneros y boniaticos miamenses. Por India Manana

by Zoé Valdés ¡Libertad y Vida!





Les
cuento que ayer  le llevé a mi abuelo de 90 años dos aguacates y cada
uno le costó 15 pesos, y como en la casa de mi hija, donde casi todos
los días voy a pegar la gorra, son 7 personas en total, compramos 2
aguacatones, a 20 pesos cada uno, panudos y sabrosos. Los aguacates
pequeños y aguachentos cuestan entre 7 y 10 pesos, los medianos 15 pesos
y los grandes, 20 pesos. Como ya empezó la época de los mangos, en casa
de mi hija, todos los días hacemos jugo de mango, cada mango grande y
bueno cuesta 10 pesos. Preparar un buen coctel de frutas, con mango,
piña, platanito, melón y guayaba, puede salir en unos 75 pesos (3 cuc).
Para una persona con buenas entradas y que no sea cicatera no es un gran
esfuerzo, pero para cualquier otro tipo de persona, la gran mayoría,
significa no probarlos siquiera. Yo me salvo porque mi hija puede
adquirirlos, y no escatima en costos ni en tamaños a la hora de
alimentar a su familia.
Muy
lejanos están los tiempos en que, como dice un amigo mío, el aguacate
con aceite y sal era la mantequilla del pobre. Pero ahora, van siendo
algunos los ricos que enriqueciéndose a costa del exilio, y vendiéndose
como pobres (para rapiñar más) twittean como si esto fuera un acto
disidente que los aguacaticos habaneros son miserables y aguachentos
-como ellos son tacaños y desleídos, además de mentirosos. Así, pese a
la escasez, que sigue siendo la misma, ya no es tan difícil volver a oír
aquellos chistes de antaño: "aguacate maduro, peo seguro; aguacate
verde, peo rebelde; aguacate pintón, peo reventón", aunque no todos
pueden darse el lujo de hacer los chistes y mucho menos de tirarse los
peos.
Por
otra parte, me acabo de enterar que el hijo del historiador de la
ciudad, el más joven, anda por Miami, "andando Miami", comprando
terrenos, casas, y restaurándolas para convertirlas en negocios,
restaurantes, etc... Su padre lo telefonea a diario para controlar cómo
va el tinglado...
De
tranca, una aquí todavía hacinada en un solar mientras los 'boniatos de
carné del Partido' y doble moral envían a sus boniaticos herederos a
Miami para asegurarles el futuro en caso de debacle castrista. ¿Y el
embargo, y el Departamento del Tesoro? No es fácil...
India Manana desde La Habana Vieja.

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