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sábado, 14 de junio de 2014

¿Renuncia o defenestración? La polémica surgida... - Nancy Pérez-Crespo

¿Renuncia o defenestración?



La polémica surgida por la inicial renuncia, posterior destitución y
finalmente dicen que sí que fue renuncia la defenestración de los dos
exeditores de «Espacio Laical», la revista del Arzobispado de La Habana,
La polémica demuestra, una vez más, que resolver o por los menos
aliviar, los graves y urgentes problemas que afectan a la Isla de Cuba y
a sus 11 millones de habitantes, no son prioridad para algunas de las
partes interesadas en el conflicto y menos para una institución de la
magnitud como es la Iglesia Católica.
Que en un país donde la
alimentación de la población es más que precaria, donde los problemas
sociales cada día son más apremiantes: delincuencia, epidemias,
prostitución, jineterismo y doble moral, entre muchos otros; perder
tiempo, tinta, y espacios mediáticos en la renuncia o destitución o como
le llamen de dos individuos, me parece de una superficialidad supina.

A quién le importa eso, ¿acaso al ama de casa que no sabe qué va a
poner en la mesa para sus hijos?, ¿a los familiares de los presos que en
estos momentos seguramente se encuentran almacenando las vituallas que
le van a llevar en la próxima visita a la cárcel?, ¿a los más de 50
opositores que ayer miércoles fueron arrestados en La Habana para
impedirles asistir al juicio contra Fernando Ortiz Nuevo? o ¿a las
madres de los nueve desertores del ballet que se inician en la tragedia
de la separación familiar?
No, este «teque» no le importa a nadie
de esa gente. Pero, ¿quién puede estar interesado que una renuncia o
destitución, despierte polémica y hasta tensiones cardenalicias? Es muy
posible que sean los enemigos de la libertad de Cuba.
Porque según
declaran los dos exeditores, Roberto Veiga y Lenier González, que así se
llaman: «ha sido causa de tensiones que afectan al cardenal Jaime
Ortega y a nuestras personas». Pero, es posible que dos individuos que
solo funcionaban como editores de una de las publicaciones de la Iglesia
Católica en la Isla cause esta algarabía. Esto tiene que tener otra
explicación.
Ayer miércoles los dos aclararon que renunciaron a sus
puestos en la revista y no fueron destituidos, como inicialmente se
interpretó de este correo electrónico: «El motivo principal que nos
llevó a solicitar nuestra dimisión como editores ha estado relacionado
con la polémica que genera, en determinados sectores de la comunidad
eclesial, el perfil socio-político de la publicación».

Anteriormente ellos habían presentado su renuncia al cardenal Jaime
Ortega: «Las dos peticiones anteriores nunca fueron aprobadas por el
cardenal. En ese entonces, por consideración a su persona aceptamos
continuar ejerciendo nuestras funciones». Con esta declaración
confirmaron la versión del nuevo director de la revista, Gustavo Andújar
Robles, quien el miércoles criticó a los exeditores por utilizar la
frase «hemos sido liberados de nuestras obligaciones».
«No fueron
'liberados de sus cargos', en el sentido en que la expresión se emplea
en Cuba, sino que renunciaron a ellos, en el sentido en que esa
expresión se emplea en todas partes», dijo Andújar en una declaración
escrita.
Agregó que Veiga y González apelaron «al eufemismo
habitualmente utilizado en los medios oficiales cubanos para referirse a
la destitución de algún funcionario».
González y Veiga reconocieron
que «la frase se prestaba a equívocos y dio lugar a un incidente muy
desagradable. (…) Creímos oportuno —y así lo seguimos pensando— que no
era moralmente adecuado seguir conduciendo una publicación que provocaba
divisiones dentro de la propia comunidad eclesial, donde se encuentran
las posiciones de quienes piensan que la Iglesia no debe inmiscuirse 'en
política' y los que creen que no debe abrir sus espacios a todos los
actores de la sociedad civil cubana».
El salida de los editores
coincide con la jubilación del cardenal Jaime Ortega que se espera para
este agosto cuando cumpla 50 años de sacerdocio. Bien sabían ellos que
sin Jaime no podían continuar haciendo lo que hacían.
Esta revista
bajo la guía de estos dos individuos ha estado involucrada en varias
polémicas, muchas de ellas por artículos y posiciones, principalmente
contra la oposición interna.
En febrero de este año, durante una
visita a España, declararon que: «La política hacia Cuba no debe basarse
en el enfrentamiento con el Gobierno y en intentar derrocarlo.» y
agregaron que los países no deben juzgar la situación de los derechos
humanos en Cuba y para rematar,
dijeron en la entrevista con el Diario español ABC que: «En la Isla existen derechos plenamente garantizados».

El pasado 15 de marzo en su visita a Miami no se reunieron con los
cubanos exiliados pero sí lo hicieron con los pro-castristas del patio
como Andrés Gómez de Areito, Hugo Cancio, Silvia Wilhelm y Elena Freyre,
entre otros y Arturo López Callejas (AKA Levy) de Colorado.
La
pareja de editores vino expresamente invitada por la organización
pro-castrista «Cuban-american for Engagement» para dictar la conferencia
«Comunidades religiosas y reconciliación nacional: los contactos entre
la isla y la diáspora». También viajó desde La Habana para participar en
esa reunión, Yasmín Silvia Portales, transexual activista del orgullo
gay y Coordinadora del Proyecto Arco iris, un grupo que se define como
«anticapitalista e independiente».
Esa es la diáspora con la que Roberto Veiga y Lenier González prefieren vincularse.
Si ellos fueron liberados, renunciados o defenestrados a quien le importa.
Está claro: El cardenal Jaime Ortega los crió, Satanás los juntó y la Iglesia los separó.


EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO

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