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miércoles, 7 de junio de 2017

Gustavo Tovar-Arroyo: “El amante de Hugo Chávez” #Venezuela

¡ESTO LO EXPLICARÍA TODO! El polémico artículo de Gustavo Tovar-Arroyo: “El amante de Hugo Chávez”



EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO



La falsa idea que asocia a un homosexual (o bisexual) con
conductas histéricas o afeminadas ha sido superado por la historia,
sobre todo cuando de política o militares se trata. El ser homosexual
nada tiene que ver con debilidad. Los hay recios y guapetones, como
Chávez.



¿Alguien podría señalar que el más insigne conquistador que ha tenido
la humanidad, Alejandro Magno, o el indomable Hitler eran débiles? No.
La historia los ha colocado entre los más temibles y varoniles líderes
de todos los tiempos, no obstante, su inclinación sexual los haya
llevado a experimentar, como sus admirados héroes griegos (Aquiles,
entre otros), con personas de su mismo sexo.


¿Tiene ello algo de malo? No. ¿Tendría algo de malo que Hugo Chávez y
Nicolás Maduro hayan sido amantes? Tampoco. Al menos, no a los efectos
de este escrito.


La extraña historia de Nicolás Maduro


Nicolás Maduro es colombiano, no sólo por el hecho hipotético de
haber nacido en Colombia (nadie sabe a ciencia cierta donde nació,
probablemente ni él mismo), sino porque su madre, María de Jesús Moros,
nació en Cúcuta, es colombiana, y según la Constitución del hermano
país, quien nace de vientre colombiano es colombiano por nacimiento.


Tan inapelable hecho lo inhabilita parar ejercer la Presidencia de
Venezuela por prohibición expresa de nuestra Constitución. Nadie con
doble nacionalidad ?que en todo caso es la situación de Maduro? puede
ejercer como primer mandatario de nuestro país.


¿Desconocía esto Chávez o simplemente le importó ?fiel a su
corazón? un bledo lo que expresamente prohíbe nuestra Carta Magna? Estoy
convencido de que Chávez lo sabía, pero su trágico amor, como todo amor
secreto y novelesco, lo cegó.



Chávez vivió una historia casi de leyenda y como todo hombre legendario padeció su propia tragedia amorosa, que lo desplomó.


El talón trágico de Chávez fue Nicolás Maduro, es la única explicación a la extravagante decisión de dejarlo como su sucesor.


Poco o nada se sabe de Maduro. Lo comprobado es que fue chofer y
guardaespaldas de Chávez una vez que éste fue irresponsablemente
indultado por Caldera. Desde entonces y hasta el último aliento,
compartieron viajes, habitación y, por qué no decirlo, intimidad. ¿Lo
imaginan?


Recordemos que Maduro ni fue parte del Movimiento Bolivariano
Revolucionario 200 (MBR 200), ni juró frente al Samán de Güere, ni se
batió a duelo para usurpar el poder el 4 de febrero de 1992. Su único
mérito, insisto, es haber guardado la espalda de su “supremo”.


(Por cierto, que se sepa la única pistola que sabe usar el “revolucionario” Nicolás Maduro es su secador de pelo.)


No es ficción, es Venezuela


Como señalé antes, a los efectos de este artículo poco importa el
tipo de amor que existió entre Chávez y Maduro. Eso es un tema
personalísimo que sólo les atañe a ellos.


A los efectos de este artículo lo que interesa ?y aturde? es que una
decisión de índole exclusivamente amorosa ?en ningún caso política? haya
hecho naufragar a un país y nos haya convertido en una plétora de
absurdos y desatinos que no parecieran tener término.


Lo más terrible es que no se trata de una fábula griega o de una
ficción truculenta de la literatura. Es Venezuela. No es Alejandro Magno
y Hefestión, es Hugo Chávez y su guardaespaldas y chofer Nicolás.


Fidel Castro es un erudito del mal, conoce bien el eterno retorno de
la historia y lo usó para sus oscuros fines. Posible celestino de este
ensordecedor idilio revolucionario, está cobrando caro su alcahuetería.
Mientras tanto Venezuela es una ruina y lo seguirá siéndolo mientras el
amante de un dictador, por puro capricho, sin explicación racional
alguna, siga rigiendo nuestro destino.


De Maduro no podemos esperar nada, sólo improvisación y decadencia.
Entendamos cómo llegó al poder. Sus constantes alusiones sexuales,
homosexuales, bisexuales son un espejo de su sífilis espiritual. En su
lógica, multiplicar los penes entre los niños de las escuelas es lo que
lo mantendrá en el poder. Así de jodidos estamos.


La polémica no debe surgir en torno al amorío entre Chávez y Maduro, sino en torno a cómo un amorío puede devastar a una nación.


Nicolás, el pobre Nicolás, no es el responsable del desastre
venezolano. Lo fatídico es que él lo único que está intentando es
completar el catastrófico legado de su amor…


Por Gustavo Tovar-Arroyo

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